24/06/2020

Columna Opinión: "El futuro de la Ingeniería 2020"

"Las universidades y los centros de formación superior en las áreas tecnológicas (no sólo de las Tecnologías de la Información), deben transformarse en un espacio de colaboración y desafío intelectual, un patio de juegos de experimentación, llenos de laboratorios, a disposición de los alumnos", comentó Ubaldo Taladríz, presidente de Chiletec, en una reciente columna publicada por el diario El Mercurio.

Al realizar la pregunta ¿cuál es el futuro de la Ingeniería en el año 2020?, de inmediato surgen otras preguntas asociadas como: ¿debemos intentar predecir los cambios y con ello entregar los contenidos adecuados?, ¿debemos determinar los cambios en la forma de educar y trabajar sobre ellos?

Dura tarea de predecir, especialmente viendo los cambios tecnológicos en los últimos 30 años, más aún si consideramos el hecho de que esto sí o si involucra cambios culturales, impactos directos sobre la sociedad y la preparación de estudiantes para un futuro incierto. Otro escenario complementario es cómo enfrentar la reconversión laboral de miles de profesionales, muchos de ellos con mucha experiencia y alta especialización, que producto del acelerado cambio tecnológico, ven sus entornos laborales radicalmente modificados y deben enfrentar que su formación y experiencia en el nuevo entorno de la Economía Digital exige una profunda reinvención.

Pareciera ser que el escenario futuro que predominará es el de aprendizaje remoto, utilizando computadores para la interacción y comunicación, donde los centros de formación tendrán el rol de instituir ciertas habilidades sociales, de colaboración y trabajo en equipo.

Las universidades y los centros de formación superior en las áreas tecnológicas (no sólo de las Tecnologías de la Información), deben transformarse en un espacio de colaboración y desafío intelectual, un patio de juegos de experimentación, llenos de laboratorios, a disposición de los alumnos. Patios de juegos tecnológicos, que también debiesen ser parte de la educación primaria. El programa Talento Digital, es un ejemplo, donde se destaca un tremendo esfuerzo de colaboración público-privado y una visión compartida, que ha obligado a la industria de la formación a desarrollar modelos tradicionales de maestro y aprendiz, en esquemas de Bootcamp. Esto ha generado, en diversas instituciones, una tensión entre las áreas más tradicionales de formación y contenidos, respecto de las áreas de educación continua, estando estas últimas más conectadas con la industria y la promoción de estos nuevos modelos de formación más aplicada.

El rol de nuestras universidades y centros de formación técnica, debe ser distinto al de acreditar un título y ser productoras de papers. Hoy, se requieren cambios urgentes en la manera que nuestras universidades hacen extensión, entrega y generan conocimientos.

La conexión con el mercado significa también que la empleabilidad futura de los alumnos debe ser un parámetro del diseño de los programas de formación. Y reconocer que estos nuevos modelos también significan la entrada de nuevos actores al mercado de la formación profesional en temas de alta tecnología. Más allá de universidades y centros de formación técnica, la educación en temas de alta complejidad tecnológica también se realiza en la industria y no en los agentes tradicionales, y eso se debe reconocer.

Parte de los cambios necesarios es acortar las carreras de ingeniería, el formato de seis años no tiene una explicación más que la económica, sobre todo si consideramos lo cambiante de la tecnología y el actual déficit de profesionales que tenemos en diversas áreas TI. También debemos cambiar ciertas métricas que han resultado incluso hasta nocivas, como por ejemplo   la enorme cantidad de papers publicados.

Una de las maneras más fáciles de aprender es desde la acción, por ello el incorporar entrenamientos en la industria (Traning Within Industry), resulta clave. Otro aspecto por mejorar es el potenciar el rol de la mujer en la industria tecnológica, factor determinante para el crecimiento y desarrollo económico que han tenido países como Rumania, Estonia o Bulgaria, y que en Chiletec buscamos impulsar con la presencia de dos directoras como representantes del gremio de empresas de tecnología.  

Si bien es cierto no tenemos certezas de lo que se viene en los próximos años, si hay algo que podemos asegurar, venga lo que venga, debemos estar en un constante aprendizaje. Los ingenieros son aprendices de por vida, y su diversión es aplicar el ingenio. Vamos por esos patios de juego.

 

 

Ubaldo Taladríz Truan

Presidente de Chiletec

 

*Columna publicada por Diario El Mercurio

 

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