06/06/2019

Columna Opinión: “Algoritmos ayer, hoy y siempre”

“Los algoritmos aparecen en todos lados. Son los que deciden si nos dan o no un crédito, los que manejan las reservas de aviones, los que filtran contenido en Facebook, los que eliminan pornografía en Youtube, entre otras cosas”, comenta en su columna Daniel Yankelevich, Socio de Practia, empresa asociada a Chiletec.

Los algoritmos, son reglas bien definidas para hacer algo. Supongamos que tenemos que explicarle a alguien con muchísimo detalle cómo hacer una tarea, partiendo de instrucciones muy sencillas. Eso es un algoritmo. El ejemplo más intuitivo es una receta de cocina.

Los algoritmos existen desde hace muchísimos años. De hecho, se han encontrado tablillas babilónicas con descripciones de cálculos que podrían llamarse algoritmos. Pero el nombre deriva de un matemático árabe que vivió por los años 700. La primera programadora de la historia fue Ada Lovelace, hija del famoso Lord Byron, quien tradujo algoritmos en 1842 para la máquina analítica, una computadora mecánica que nunca se construyó.

¿Por qué, entonces, los algoritmos cobran ahora tanta fama? En gran medida, por su inserción en la toma de decisiones que usualmente hacían las personas. Antes era un señor en un banco quien nos miraba y decidía si éramos dignos de un crédito o no. Hoy, un algoritmo, con instrucciones precisas y basados en datos concretos, es quien decide. La combinación de computadoras más poderosas, algoritmos más ingeniosos y sobre todo la abundancia exagerada de datos, posibilitan el uso de las computadoras (que por sí solas no hacen nada, tienen que estar equipadas con estos algoritmos que les expliquen qué hacer) para ejecutar tareas que hasta hace pocos años se consideraban demasiado difíciles: traducir textos de un idioma a otro, reconocer imágenes, conducir un auto.

En cierta medida, esto también es posible gracias a la aparición de una nueva generación de algoritmos que no requieren que se les indique el detalle de las operaciones o reglas: aprenden solos a partir de ejemplos. Esos también son algoritmos, muchas veces llamados "aprendizaje automático" o "inteligencia artificial".

¿Podrán algún día los algoritmos predecir el comportamiento humano? Desde algún punto de vista, ya lo están haciendo. Busco un pasaje para Mar del Plata y un algoritmo se da cuenta de que me tiene que ofrecer hotel en Mar del Plata. Eso es un algoritmo, que predice que, si voy a tomar un avión, después voy a buscar hotel. Hay algoritmos que predicen comportamientos de multitudes para decidir cuánto efectivo poner en cada cajero automático. Otros detectan bullying en redes. Y algunos empiezan a reconocer personas confiables en base a su comportamiento en las redes.

No se extrañe si en unos años un algoritmo en su auto le dice que no le va a permitir manejar porque lo ve demasiado nervioso y eso aumenta demasiado las posibilidades de un choque.


 

 

Daniel Yankelevich

Socio de Practia, empresa asociada a Chiletec

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